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Exportero chileno que se cortó la cara en Eliminatorias espera trasplante de hígado

Roberto Rojas, que en 1989 se cortó la cara en el estadio Maracaná para simular una agresión desde las gradas en un partido entre Brasil y Chile, espera un trasplante de hígado en Sao Paulo.

Así lo señaló, en declaraciones a varios medios chilenos, el propio protagonista de uno de los peores escándalos del fútbol chileno, que ha vivido y trabajado en Brasil desde que la FIFA lo castigó a perpetuidad por su acción.

Según Rojas, considerado uno de los mejores porteros chilenos de la historia, está en el número 200 de una lista de cinco mil pacientes que aguardan también un nuevo hígado, tras serle detectada una hepatitis C en 2010.

"Me dijeron que mi hígado funcionaba al 20 por ciento", señala el 'Cóndor' Rojas, que añadió tras un período difícil, en últimos meses se ha sentido mejor y sólo le queda esperar el trasplante.

"Hace cuatro meses no me sentía bien. Estaba muy hinchado, falto de aire (...). Me hicieron una cirugía con un catéter y me sacaron once litros de líquido. Además, por los medicamentos, a veces me dolía mucho la cabeza", relató Rojas.

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El 3 de septiembre de 1989, Rojas protagonizó el incidente quizás más bochornoso en la historia de la selección de Chile, en el partido de vuelta frente a Brasil por las eliminatorias del Mundial de Italia'90.

A Brasil le bastaba con un empate, mientras que a Chile sólo le servía una victoria. Cuando el local ganaba por 1-0, Rojas se infligió un corte en el rostro y quiso hacer creer que le había herido una bengala lanzada desde las gradas que cayó a su lado.

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El escándalo aumentó cuando la Roja se retiró de la cancha denunciando "falta de garantías"; después, una foto que probó que la bengala no había alcanzado al portero y otras pruebas derrumbaron el tinglado tramado por el 'Cóndor'.

La FIFA castigó al portero a perpetuidad, lo mismo que al presidente de la Federación Chilena de Fútbol, Sergio Stoppel, mientras el técnico de la Roja, Orlando Aravena, algunos médicos y otros ayudantes recibieron castigos menores, mientras Chile fue marginado de la opción a llegar al Mundial de Estados Unidos 1994.

Surgido del ya desaparecido Deportivo Aviación, el portero, nacido en 1957 se consagró en el Colo Colo y después en el Sao Paulo, en el que fue entrenador de arqueros tras el escándalo y del que llegó a ser su técnico en 2003.

También dirigió en Brasil al Ituiutaba y al Sport Recife, además del Guaraní paraguayo, pero a raíz de su enfermedad ya lleva dos años inactivo.

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"Me gustaría estar trabajando en algo, pero no puedo, por el tratamiento. Es complicado, dijo, y preciso que podría ser ayudante técnico, "incluso técnico" o comentar fútbol en radio o televisión, en actividades que no requieran de un gran esfuerzo físico.

Admitió que ha recibido "sólo promesas, nada concreto", pero subrayó que va a "seguir luchando".

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Rojas se declaró agradecido de haber recibido llamadas del presidente del Colo Colo, Carlos Tapia, y de Juan Gutiérrez, gerente deportivo de su antiguo club.

"Tapia me dijo que el club estaba a mi disposición en lo que pueda necesitar y lo agradezco públicamente", concluyó el exportero, que según el Twitter oficial del Colo Colo, viajará a Chile el próximo marzo.

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