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"La FIFA no es corrupta, pero...": Sylvia Schenck de Transparencia Internacional

En el marco del European Football Fans Congress en Belfast se dio un interesante debate. Schenck, Damian Collins, gestor político de la campaña #newFIFAnow; y Jim Boyce, ex Vicepresidente de FIFA, analizaron el "FIFAgate"

Durante las últimas semanas, los medios de comunicación han incrementado su atención en el escandalo del #FIFAgate, transmitiendo a la opinión pública una imagen de corrupción, soborno y deshonestidad en el seno de la FIFA. No obstante, en uno de los paneles más interesantes de los últimos tiempos, se desafiaron varias de esas acusaciones. FanVox analiza los mejores apartes de esta discusión, con miras a proponer acciones concretas a futuro.

Damian Collins dio inicio al panel con una frase muy clara: hinchas y diferentes actores han puesto mucho interés y dinero en el fútbol, por lo que se infiere que éste es un bien de interés de común. Asimismo, dado el reciente poder comercial del fútbol, se hace necesario llevar a cabo un proceso de rendición de cuentas para determinar si está bien manejado o si sólo ha favorecido a unos pocos. El veredicto, según él, es que la FIFA sí está contaminada y por ello gestó la creación de #newFIFAnow, una campaña de presión colectiva dirigida a las Federaciones Nacionales y patrocinadores oficiales de FIFA en pro de una reforma de ésta Federación Internacional.

Sylvia Schenck, quien además es una renombrada abogada en el campo deportivo, descalificó ciertos apartes de la intervención de Collins. Por ejemplo, aseguró que en materia de buenas prácticas en gobernanza (Good Governance), la FIFA es una de las Federaciones Deportivas con más alto ranking en el Sport Governance Observer de Play The Game; reporte sumamente reconocido en este campo. Asimismo, ratificó el carácter netamente democrático que detenta FIFA, una de las organizaciones más efectivas en la aplicación de la democracia institucional.

Jim Boyce, por su parte, mencionó que la FIFA no es corrupta; son algunos individuos dentro de la organización que han contaminado su buen nombre. Es más, aseveró que políticos y medios han aprovechado este momento para "opinar" arbitrariamente sobre una FIFA supuestamente "podrida".

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Entonces, ¿quien tiene la razón? ¿Hay verdaderamente un problema estructural en FIFA o es un reflejo del excesivo poder que ha ganado el deporte (y especialmente el fútbol) en los últimos años?

El análisis no debe hacerse de manera apresurada. Es importante resaltar el hecho que tanto Schenck como Boyce reconocieron que sí hay ausencia de transparencia a nivel interno (con algunos directivos de la FIFA) y externo (con organizaciones que fomentaron los sobornos). De igual forma, Collins reconocía los avances dentro de FIFA , razón de peso para su campaña #newFIFAnow como mecanismo de empoderamiento colectivo que permitiera erradicar esas "manchas" en la gestión del Organismo Internacional más popular del planeta.

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Bajo esa misma óptica, los panelistas coincidieron en que el problema relacionado a la gobernanza en el fútbol debe ser abordado desde una perspectiva sistémica y no puntual, pues atañe a una red y no sólo a la FIFA. Es relevante recordar que las acusaciones por corrupción y soborno involucran a directivos que representan a asociaciones continentales o nacionales de un lado, y a compañías que explotan comercialmente el fútbol. Como tal, las fallas evidenciadas por FIFA han sido más de dolo u omisión que de acción en concreto.

Un aspecto muy interesante que se tocó fue el de la interferencia de la política en el fútbol. Dado que la FIFA es un organismo internacional que salvaguarda la libertad de asociación, uno de sus peores males ha sido mezclar la política con la gestión de las riendas del fútbol. Casos como el de Jack Warner o el mismo Sepp Blatter (pues ha sido un maestro político en el seno de la FIFA) demuestran que el abuso de poder es nocivo para la institucionalidad. No obstante, es importante recordar que también por esa astucia, Blatter es respetado y querido en mucho de los países miembros, lo que llevó a su victoria en las últimas elecciones con votos europeos como los de España y Francia. Bajo el mandato de Blatter, además, se ha reinvertido como nunca antes en expandir el fútbol en todos los rincones del planeta

Schenck:"Puedo asegurar que Blatter no es corrupto. Pero sabía qué estaba pasando y no actuó a tiempo. Por ello, se debe ir".

Así las cosas, ¿cuál es el veredicto final? ¿Se exagera cuando se personifica el escándalo en Blatter o en la FIFA? Parafraseando a Schenck, es imperativo hacerse cargo de "las ovejas negras" dentro de la institución, para que los culpables sean sancionados y sacados del sistema; incluido Blatter. Existe un alto nivel de profesionalismo y expertise dentro de esta organización y no es un secreto que internamente se espera por una reforma, que debe darse cuanto antes para estabilizar a FIFA y el sistema.

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¿Y #LaVozdelHincha qué debe hacer? Actuar y atacar al sistema que está contaminado. Generar mecanismos de presión no sólo dirigidos a FIFA, sino a patrocinadores, federaciones continentales y nacionales, compañías de explotación de derechos de imagen, medios de comunicación y demás actores que están involucrados en la industria del fútbol. La campaña #newFIFAnow es un excelente ejemplo que demuestra que el poder del hincha debe estar encauzado a un proceso que es corrupto y que va más allá de una sola organización, tal y como lo menciona Collins.

¡Hinchas, es hora de responsabilizarnos del futuro del deporte más hermoso del mundo! ¡Únete y eleva tu voz a través de FanVox!

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